
Una serenata para mi trovador del alma,
para el hombre sencillo,
de alma libre y pensamientos concretos,
el que conjuga el verbo amar, con versos.
Una serenata para el amigo, que tanto amo,
y al cantor de lo humano,
Al hombre gentil, y de dulces manos.
Una serenata te cantaré,
para ensalzar tu alma,
para entrelazar confianzas.
Una serenata,
de cantos marginales,
llenando de amor el aire que respiro.
Una serenata de amor,
te daré para llenar de sones,
y bemoles, tu cálida mirada.
Una serenata de amaneceres,
te daré para llenar de sones,
y bemoles, tu cálida mirada.
Una serenata de amaneceres,
para tus despertares,
llenar de cándores.
llenar de cándores.
Una serenata con el corazón,
una melodía infinita,
que resuene en el alma.
Quiero con mi cantar,
limpiar tu alma de cualquier pesar.
2 comentarios:
Este poema me llega al corazón. Está escrito con la sincera pluma de los sentimientos más limpios: naturalidad, cordialidad, calidad humana. Las palabras fluyen por lo profundo y lo transparente.
Mis felicitaciones y mi admiración feliz.
Pedro Yáñez.
Lo que me sugiere tu poema:
A veces conjugar el verbo amar es difícil porque nos montamos miedos de barreras y celos, pero de verdad, resultaría tan sencillo.
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