Un azul firmamento me hechizo,
mostrándose majestuoso y divino
frente a mis ojos.
Una vastedad de sueños,
volaron a mi,
queriéndome hablar,
de los secretos del infinito.
Un Dios me abrazó el alma,
aclarando mis temores,
limpiando mi ser.
Un canto místico liberó mi ser,
una cura para el alma,
que crece día a día.
Reencuentro con la mujer primaria,
libre y soberana,
que yacía bajo un manto de inopia.
Llueven granizos de felicidad,
en esta tierra fértil,
los frutos maduros están,
listos para cosechar.
1 comentario:
guauu... inspiras...
besos
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