miércoles, 1 de julio de 2009

Un tango inmortal.


Bailemos un tango, que sea solo nuestro.
Hagamos que el mundo desaparezca bajo nuestros pies.
Una mirada, una sonrisa que parecen encantar.
Darme tu mano, déjate llevar,
por el son cadencioso del tango inmortal.
Caminemos, seamos uno, como dice el tango en su cantar,
llenando de esperanzas el alma y el danzar.

Tómame de la cintura dirige mi andar.
Que yo como cual pluma te seguiré hasta el final.
Volemos con el alma y volemos en el andar.
Este es nuestro tango, que nos hace suspirar.
Alma vagabunda, acercarte a mi.
Baile porteño que me haces suspirar,
que traes recuerdos de mi niñez,
y no quisiera olvidar.
Junto al alero de mi madre,
y que juntas solíamos cantar.
Alegría y gozo cada paso me da.
Porque el baile es mi pasión y
lo llevo dentro de mi corazón.

Cadencias inmortales, que oigo al bailar,
hacen que dentro de mi alma nazcan pasos,
espero nunca olvidar.
Magia en tus ojos, magia en el bailar.
Flotas por el aire en cada paso que das.
Manos firmes, que guían mi danzar, contigo a mi lado
es fácil trenzar.
Cadencias tristes, alegres, sensuales, oigo en su cantar.
Me dejo llevar por el ritmo que me hace vibrar.

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