En una esquina lo dejé destilando soledades,
a este maldito corazón.
moribundo, sin esperanzas de renacer,
ayer lo encontré.
Lo traté de revivir,
con esperanzas y sueños.
con esperanzas y sueños.
Pero él los esquivó.
Déjame tranquilo, él me grito,
lo tomé, le dí amor,
y ahí su espiritú renació.
Caminémos juntos,
liberando estelas de esperanzas y pasión.
Aceptó,
me juró luchar y no dejarse morir
No hay comentarios:
Publicar un comentario